martes, 20 de marzo de 2007





Teddy Thomas me envió lo escrito a continuación. Me pareció una reflexión inteligente e interesante que no sabía bien donde ubicarla dentro de la Web blancorincon.com, de ahí vino la idea de abrir este Blog.

Roberto

No hay vidas normales… quien les haya hecho creer que uno ha venido a este mundo a tener una confortable vida feliz, sin eventos de mayor relevancia, a cumplir con todos los ritos de paso, en una vida lineal, y a no influir o ser influido por las corrientes de la historia, equivocó el planeta.

Siempre la estupidez humana, la miseria o sencillamente el existir, resulta en el enfrentamiento con la incertidumbre, en heroísmos y drama, en luchas, victorias y derrotas… algunos parecen brillar más que otros, otros llegan y van con mayor o menor estruendo, pero en el fondo toda vida es una aventura digna de ser contada, justamente por ser frágil y preciosa, justamente por ser recia y resistente a la muerte, justamente por insistir en replicarse y en aparecer en distintos rostros, en personas parecidas, casi iguales, aunque totalmente diferentes, colocadas en tiempos y circunstancias tan aparentemente caóticas como causales y distintas, tan familiares como resultan las caras que una y otra vez parecen repetirse de era en era y expresan conteniendo el nexo de la sangre, tal vez adivinando el patrón que todo caos conlleva intrínsecamente, manifiesto en nuestras propias vidas.

Somos el mejor ejemplo de la existencia, somos la existencia, somos el todo….Cada cuento es un pensamiento, cada vida apenas una gota en el universo de vidas que resultan en la historia, siendo, como gotas en un río, parte activa de la corriente, llevados al mismo tiempo por ella… “Todo fluye”, dice una de las sabidurías del oráculo. El famoso río lo es tan sólo una vez, para no volver a ser, sin embargo, permanece: río, vida, flujo, cambio…paso.

Esta historia es sobre un hombre que saliendo a caminar un día de su casa, simplemente desapareció en la aparente nada. Es la historia de millones de personas que a pesar de estar en desacuerdo con un hombre, permitían ser gobernadas por él. Es una historia que demuestra la posibilidad de lo que normalmente consideramos imposible, una historia en donde todo plan que se concibe bajo los más estrictos designios de la lógica y el cálculo, es sometido a misteriosas fuerzas del caos y lo inverosímil. Es una historia sobre lo familiar que nos resulta movernos entre realidades paralelas, sin llegar a encontrar aparentes conexiones entre ellas, donde sencillamente pretendemos aparentar ante quienes nos rodean que mantenemos el hilo, donde preferimos pensar que toda causa tiene un efecto, y una trascendencia donde nuestras almas permanecen atrapadas.

En esta historia, personas que deberían estar muertas siguen vivas, y personas que aún viven, han muerto. Aquellas personas que tal vez murieron en un plano de existencia, siguieron con sus vidas, con sus negocios, tuvieron hijos, o tal vez fueron crucificadas en otro plano, o arrastradas en sus casas por una inundación, muertas en un accidente o vivido en los dos planos de existencia a la vez, vivos y muertos, o muertos y vivos, tal como el gato en la caja o el árbol que cae en el bosque sin alguien que lo escuche.

Es una historia donde las palabras de alguien resuenan en los oídos de muchos durante siglos, durante milenios, manteniéndose vivas, manteniendo la vida de su verbo durante periodos cercanos a la eternidad…

Es una historia del silencio de las palabras nunca dichas y las obras nunca hechas, resonantes en la caja de las posibilidades, coexistiendo en realidades simultáneas con aquello que fue dicho y hecho.

Es una historia de gente que estando con los pies en la tierra, se encontraba al mismo tiempo en otro lugar del universo.

Quien pueda leer esta historia descubrirá que de alguna forma ha entrado, sin darse cuenta, en el plano causal donde entran en común estas palabras con su mente. De alguna manera descubrirá que ha confluido con una de las infinitas posibilidades de la tela del tiempo en las que estas palabras cohabitan en su plano de existencia. No quiere decir que el lector exista, no quiere decir que alguien haya escrito estas palabras. No quiere decir nada. Simplemente preferiremos pensar que así es, ha sido o será, para bien de nuestra sensación de existir, de ser.

…hablando de historias… esta es la nuestra

Todo comienza con la decadencia de un imperio, nacido de la fe, pero sembrado con las semillas de su caída en las razones de su grandeza. Comienza con la vida de una esclava recién liberada, perdida en una isla del Caribe, con una guerra que originó otra y a otra y aún a otra, y con el fluir de vidas. Don Severino nunca imaginó en su uniforme militar, al embarcarse hacia Cuba, que su rey y su imperio, en el que nunca se ocultaba el sol, desaparecerían en cuestión de unos cuantos años. Severino y la esclava nunca se conocieron, pero sus sangres hoy fluyen junto con las de muchos otros. Mientras Severino navegaba, alguien apodado el Mocho luchaba contra truhanes y caudillos en una región que con propiedad no se podría llamar país. Una tribu indígena era perseguida por el desierto de Méjico por soldados americanos y un rincón de Europa era sometido por otros imperios grandilocuentes, sacrificando la vida de miles para construir palacios y armadas, trenes y fábricas.

La caída del imperio de Severino causó una guerra décadas después, una guerra que unos llamaron experimento, pero que en realidad no fue si no la gran desintegración de un país que, al haber dominado al mundo, lo había perdido todo. Esta guerra no es la que Severino había perdido y no la vería, pero sí sus hijos y algunos de sus nietos. La guerra que siguió al experimento causó muchísimas mas desgracias, pero igual los hijos y los nietos de Severino y muchos más se vieron desplazados por el flujo, por el cambio. Las atrocidades de estas guerras hicieron que unos renegaran de su religión, de su país y su familia, y que otros ocultaran su origen, que vivieran con tormento, o que fuesen sometidos por déspotas tras una cortina de hierro. Unos eran señalados por haber sido rojos, otros por ser judíos, pero al final, todos fueron miserables.

Pepe, el aventurero, tampoco nunca conoció a Severino, pero igual que él, viajó a tierras lejanas, al otro lado del gran imperio, sin un duro, para hacer fortuna y conocer a Julia. No lo sabía; él pensaba embarcarse a Cuba, pero terminó en Filipinas… Habiendo siempre paseado en un tren desde pequeño con su padre, el maquinista, tal vez el equivocar el rumbo nunca le asustó demasiado, además, era joven y no tenía nada que perder.

Pepe siempre sonreía, su pose en las fotos sepiadas siempre lo mostraban como riéndose del mundo, sobrado en su suerte y en su ingenio, feliz por ser quien era y de ir hacia donde iba. Una actitud excepcional en un tiempo y lugar dominado por la rigidez social y la tradición, por la absurda y aristocrática noción de que el trabajo era algo de poca monta. Y con una aristócrata se casó, con la hija del dueño de la plantación de azúcar en la que trabajó como peón, donde se ganó el corazón de Julia y de su suegro, junto al que montó negocios y prosperó.

El hijo de Severino sí provenía de una casta más tradicional. Alfonso fue abogado y después juez, pero parecido a Pepe el aventurero, surgió hábilmente en los escalafones mas difíciles en los tiempos mas atípicos y riesgosos. Buenos navegantes del flujo eran los dos. Al parecer no le temía la las responsabilidades que venían con los tiempos, y nunca se sabrá si por entera convicción o habilidad logró sobrevivir, este de las alturas del poder hacia la ruina total, el otro desde la pobreza mayor hasta las alturas de la prosperidad y de vuelta a la ruina. Igual Milagros, mujer de aspecto dulce y suave sonrisa. Mujer que con el nombre desafía los tiempos de la falta de espíritu.





Y de esos tiempos de falta de espíritu es esta historia, y de Milagros, las tres Milas, y de como esos tempos volvieron a dar cabida a que lo insospechado sucediese. Las sedas del tiempo doblándose ante el viento de la eternidad y cruzando sus posibilidades en sus transparencias.

1 comentario:

mercedes blanco dijo...

Teddy,
No se desde cuanto esta este escrito aqui, la verdad es que aunque parezca increible visito poco esta pagina.
Me ha encantado y me he quedado con ganas de mas, por que no te animas y nos cuentas mas historias o esta misma mas detallada?
Un abrazo de una prima que aunque vive lejos te siente cerca
Mercedes